Ante la pandemia del Covid-19 muchos países optaron por cerrar sus fronteras e instruyeron a las poblaciones recurrir al aislamiento social.
Para evitar la propagación de la enfermedad; dichas medidas han impactado a varios sectores y segmentos de la economía.
Este cambio repentino en los hábitos ha desafiado a la industria de alimentos y bebidas, y especialmente al sector de servicios de alimentos, que se ven obligados a buscar nueva información y reinventarse.
Al analizar los mercados más grandes de América Latina, hay actitudes similares en diferentes culturas. Conocidos en todo el mundo por su amabilidad y receptividad, las preferencias del consumidor latinoamericano están cambiando, acelerando el uso de los medios en línea para comprar alimentos y comestibles preparados.
La aceleración de las ventas en línea de alimentos y comidas preparadas puede tener un impacto sin precedentes en el sector, las nuevas formas de venta fortalecen no solo nuevos canales de ventas, sino también nuevos análisis y oportunidades especialmente innovadoras que se comunican al cliente y administración de las empresas.
Otra tendencia en el sector de servicios de alimentos, que promete destacarse durante el período de aislamiento social, es el concepto de «cocina oscura» o restaurante fantasma; este es un establecimiento que ofrece servicios de comida solo para llevar o entregas.
Fuente: Revista Énfasis Alimentación
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